Los videojuegos antiguos están en auge, y no es solo nostalgia

29 Ago Los videojuegos antiguos están en auge, y no es solo nostalgia

Los videojuegos retro tienen una memoria muscular especial. Soplar un cartucho de Super Nintendo ahora parece una tontería, pero hace 33 años formaba parte de un ritual de juego que he llegado a asociar con tiempos más sencillos. Con solo pulsar un botón, todo vuelve a fluir en una gloriosa ráfaga de 16 bits: abriéndose paso entre los enemigos con bombas de A Link to the Past o esquivando avispas molestas en las selvas de Donkey Kong Country . 

Y mientras la gente ansía tener una nueva Nintendo Switch 2, cada vez más jugadores se han aficionado a los juegos retro. En Retro City Games, el propietario Douglas Haughaboo ha visto cómo su colección de juegos y consolas clásicas (Atari 2600, Game Boys, PlayStation Portables, etc.) se vende como pan caliente. 

“Realmente no hay nada que pueda mantener en stock. Constantemente intentamos abastecernos”, explica Haughaboo. “En esta sección de PS2, sacamos cuatrocientos o quinientos juegos a la semana, y se agotan constantemente. Sin embargo, los productos más vendidos siguen siendo los cartuchos. Nintendo sigue siendo el rey”.

Cuando Haughaboo y su esposa abrieron su primer Retro City Games en 2014, no podían imaginar la rapidez con la que se expandiría el resurgimiento de lo retro. En los últimos 10 años, la creciente demanda los ha llevado a expandirse desde su local de Town Square a tiendas en Stephanie Street y en los South Premium Outlets, con un tercer local en North Premium Outlets en proceso. 

Con los medios físicos, es diferente volver a tu ciudad natal después de 30 años. Las cosas han cambiado. Puedes sentir nostalgia todo lo que quieras, pero la barbacoa de la esquina no sabe exactamente igual que la recuerdas. La taquería es un poco diferente —dice Haughaboo—. Pero con los videojuegos, en particular, es la misma experiencia la que recuerdas en todos los sentidos. Es táctil. Se utilizan múltiples sentidos. Simplemente te transporta a ese lugar.

Esa consistencia contrasta marcadamente con las frustraciones de los videojuegos modernos. Los juegos digitales pueden retirarse de las tiendas en línea. Los juegos nuevos suelen lanzarse sin terminar, plagados de fallos que requieren parches desde el primer día. Además, ya no existe la posibilidad de jugar completamente sin conexión: títulos como Call of Duty: Black Ops 6 requieren conexión a internet incluso para el modo individual. Y cuando PlayStation Network sufrió una interrupción en febrero, los jugadores comprendieron que tener el juego no es suficiente.

La magia de un juego retro reside en su simplicidad. Es rápido, ágil y fiable. Lo conectas y juegas, sin compromisos. La tecnología moderna también ha facilitado el acceso a las consolas retro. La recién lanzada Atari 2600+, una réplica de la consola original de 1977, incluye una entrada HDMI, varios juegos clásicos incluidos y un joystick por menos de 150 $. Antes, Haughaboo vendía un par de cartuchos de Atari al día, pero ahora vende al menos 60. 

“Mi mayor coleccionista de Atari 2600 empezó a venir a los 7 años”, dice. “Sin duda, hay grupos de edades que crecieron con cosas, pero siento que cada día hay nuevos descubrimientos”.

El dueño de la tienda atribuye gran parte de ese crecimiento a las redes sociales, donde el contenido de videojuegos retro se ha disparado. En 2023, YouTube informó que los vídeos sobre consolas y juegos clásicos (reparaciones, unboxings, “let’s plays” y similares) se subían 1000 veces más que en 2007.

La asequibilidad también influye. Dado que los aranceles obligan a compañías como Nintendo y Microsoft a subir los precios, los videojuegos retro ofrecen más por tu dinero. 

“Si quieres una PS5 y un par de juegos y estás hablando de un mando extra, eso son unos 700 dólares más o menos con impuestos incluidos, frente a los 100 dólares que cuesta una Super Nintendo, y podría comprar 70 juegos”, dice Haughaboo.

Al final, todo se reduce a gustos. Pero los entusiastas de lo retro pueden estar tranquilos: los clásicos no se van a ir a ninguna parte.